El trabajo del investigador del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, Tommaso Gravante, que se enfoca en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, fue elegido de entre aproximadamente 300 propuestas de todo el mundo, por lo que es uno de los cinco ganadores de la Séptima Competencia Mundial para Jóvenes Sociólogos (Seventh Worldwide Competition for Junior Sociologists), organizada por The International Sociological Association (ISA).
“Mi primera reacción fue de incredulidad, pero después lo asumes con mucha satisfacción porque no solamente es un trabajo personal, sino una labor colectiva de la UNAM; además, te percatas de que determinados procesos que parten desde la gente común tienen un alto impacto no sólo en la academia nacional, sino en la internacional”, dijo el universitario.
El certamen organizado por The International Sociological Association (ISA) es realizado cada cuatro años en víspera del Congreso Mundial de Sociología, que en esta ocasión se realizará en julio próximo en Toronto, Canadá.
El jurado de la Séptima Competencia Mundial para Jóvenes Sociólogos distinguió a la investigación “Desaparición forzada y trauma cultural en México. La construcción de una nueva narrativa social a partir del Movimiento de Ayotzinapa”, de Tommaso Gravante como la primera que gana en lengua española y la primera que proviene de una universidad iberoamericana y pública.
Para Gravante todo surgió al preguntarse ¿qué pasó con la desaparición de los 43 para que se generara una amplia movilización ciudadana? y de ahí construyó la hipótesis de que la sociedad mexicana de manera general había valorado los hechos como un trabajo colectivo.
El sociólogo hizo más de 70 entrevistas a quienes participaron en las marchas y protestas de octubre de 2014 a septiembre de 2015.
“Entre los resultados más relevantes está el proceso de humanización que se dio a las víctimas, ya no eran números, sino caras, nombres, apellidos y familias, y este proceso permitió construir un circulo entre la población urbana en la Ciudad de México y el componente rural, que era de estudiantes estigmatizados”.
Tommaso, originario de Apulia, Italia, asegura que comenzó muy tarde la universidad y que México y la UNAM lo acogieron. Estudió un doctorado en Política en la Universidad Pablo de Olavide, España y su trabajo ahí fue sobre el movimiento social de Oaxaca en 2006, además de que profundizó en el conocimiento de la cocina del Istmo.
“La cocina mexicana me atrapó. Hago tamales sin manteca, guacamole, pozole, y aprendí a hacer tortillas, tlayudas, con un colectivo de mujeres que participaron en la insurgencia; me enseñaron a ‘guisar mexicano’, pero hicimos un intercambio y ellas aprendieron a hacer pizza, las hicimos con ingredientes diferentes, pero la que más nos gustó fue la de frijoles”, compartió.
Con información de Aristegui Noticias.
