Insensibles e ineludibles, los agujeros negros ya se encuentran entre los fenómenos más siniestros del cosmos. Por lo tanto, puede ser una noticia desconcertante que el agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea parece estar hambriento.
Los astrónomos que monitorean el colosal objeto, llamado Sagitario A *, descubrieron que en el último año parece haber consumido materia cercana a una velocidad sin precedentes.
“Nunca hemos visto algo así en los 24 años que hemos estudiado el agujero negro supermasivo”, dijo Andrea Ghez, profesora de física y astronomía en la Universidad de California, Los Ángeles, y autora principal de la investigación. “Por lo general, es un agujero negro bastante tranquilo y débil en una dieta. No sabemos qué está impulsando esta gran fiesta “.
En el último estudio, el equipo analizó más de 13,000 observaciones del agujero negro desde 133 noches desde 2003, reunidas por el Observatorio Keck en Hawai y el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile. El agujero negro en sí no se puede ver porque actúa como una trampilla unidireccional incluso para la luz. Pero es posible detectar la radiación que emite gas y polvo a las afueras del “horizonte de eventos” a medida que se aceleran hacia su destino final.
El equipo descubrió que el 13 de mayo el área a las afueras del punto de no retorno del agujero negro era dos veces más brillante que la siguiente observación más brillante. También observaron grandes cambios en otras dos noches este año, con los tres cambios sin precedentes, según Ghez.
El equipo también utilizó una técnica llamada holografía manchada para volver a analizar observaciones más antiguas y más débiles que datan de 24 años, a partir de las cuales concluyeron que el nivel de brillo visto este año no tenía precedentes en el último cuarto de siglo.
“La gran pregunta es si el agujero negro está entrando en una nueva fase … y la tasa de gas que cae por el drenaje del agujero negro ha aumentado durante un período prolongado, o si acabamos de ver los fuegos artificiales de algunas gotas inusuales de gas cayendo en “, Dijo Mark Morris, profesor de física y astronomía en UCLA y coautor principal del artículo.
