García Arcadia señaló que hasta 75 por ciento de las personas mayores sufren de tres a cuatro caídas en un lapso de tres meses y sólo acuden a los servicios médicos cuando ya se ha presentado una fractura.
Destacó que estos accidentes tienen origen en alteraciones de la postura como el encorvamiento, debilidad muscular, problemas de audición y/o visión.
El riesgo de estos accidentes es que se compromete de manera importante la funcionalidad del paciente como consecuencia de fracturas de muñeca y cadera, que son las más frecuentes; lesiones que pueden ser severas, al grado de ameritar una intervención quirúrgica.
Como factores internos también se toman en cuenta enfermedades como hipertensión o diabetes y si además no cuenta con el tratamiento necesario, ocasionarán causar dolor de cabeza y mareo tras una caída.
Desafortunadamente, la mayoría de estos incidentes ocurren en los hogares por deficiente iluminación, pisos resbalosos, escaleras sin protección o sin pasamanos, uso de calzado inadecuado. Fuera del domicilio, los adultos mayores se enfrentan a superficies irregulares o mobiliario inestable.
Para prevenir estos incidentes y sus consecuencias, es necesario identificar los factores de riesgo internos y externos que pueden originar una caída, dijo el especialista al agregar que las caídas pueden disminuir hasta 30 por ciento si los adultos mayores realizan ejercicio de marcha, equilibrio y fortalecimiento, que incluyen la prevención de lesiones específicas.
La principal recomendación es proporcionarles los aditamentos especiales para caminar, entre los que se encuentran andaderas, bastones o muletas, mismos que incrementan la estabilidad de movimiento y descargan parte del peso que soportan las extremidades inferiores, con lo que se disminuye el dolor y se proporciona seguridad.