- Fortnite, el juego online más adictivo del último año, ha sido señalado ya en más de 200 peticiones de divorcio en Reino Unido
Hace años que se comenta que las vacaciones de verano son la época del año en la que más parejas se separan: pero los que deberían de ser unos días para desconectar del estrés y reconectar el uno con el otro también pueden convertirse en un infierno en el que el exceso de tiempo juntos deja en evidencia que hay más ganas de sacarse mutuamente los ojos con el mini tenedor de la tapa del chiringuito que de meneo-post-playeo en la habitación del hotel.
Mi madre, por otro lado, tiene la teoría que la mayor causa de divorcios en el mundo moderno es el montaje en pareja de muebles de Ikea, “Yo estoy convencida de que hay matrimonios que se han divorciado por esto, hija”, me dice muy seria siempre que sale el tema Ikea. “Tu padre y yo porque tenemos algo muy sólido, pero estoy convencida de que muchos no son capaces de soportarlo”.
Ahora un informe publicado por Divorce Online pone sobre la mesa un nuevo motivo de divorcio que podría desbancar con el tiempo a todos los dramas causados por las broncas apoteósicas de segunda quincena de agosto y los “hasta aquí hemos llegado” generados por “lo único que tenías que hacer era ir pasándome los tornillos, inútil”.
Fortnite, el juego online más adictivo del último año ha sido señalado ya en más de 200 peticiones de divorcio en Reino Unido. 200 puede sonarte a poco, pero se trata de un 5% de las peticiones que Divorce online ha gestionado desde el inicio de 2018.
La adicción al porno online y los conflictillos generados por el uso y abuso de las redes sociales han sido otros de los temas que ha registrado sistemáticamente la web en sus solicitudes de separación.
De la adicción a Fortnite se ha escrito largo y tendido, aunque los medios se han centrado siempre en la repercusión que ésta ha tenido en los niños. El caso de la niña que el pasado mes de junio tuvo que ser ingresada en rehabilitación por engancharse al juego hasta el punto de jugar 10 horas seguidas, orinándose encima y atacando a su padre cuando éste trató de quitarle la Xbox.
“La adicción a las drogas, el alcohol y las apuestas a menudo son citadas como las razones por las que una relación no ha funcionado”, explicó un portavoz de la empresa a Gizmodo. “Pero la revolución digital ha generado nuevas adicciones”.
Dejar que tu relación se vaya a la mierda por un videojuego tiene a priori dos explicaciones evidentes: o eres un gilipollas, o la relación ya estaba condenadísima antes de tu affair con Fortnite. Y, en ambos casos, al menos uno de los miembros de la pareja saldrá ganando con esto.
Por PLAYGROUND
