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Hope el orangután que recibió 74 disparos y la dejaron ciega

1cnxadmin
By 1cnxadmin
julio 03, 2019
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  • Hope es una víctima más de la industria del aceite de Palma; científicos advierten, podría ser la primera especie importante de grandes simios en desaparecer

Hope es una víctima más de la industria del aceite de Palma; científicos advierten, podría ser la primera especie importante de grandes simios en desaparecer

Al final, el torso de Hope había sido acuchillado y presentaba profundos desgarres.

Tenía muchos huesos fracturados. En su cuerpo se alojaban 74 perdigones. Le habían arrebatado a su bebé de unos cuantos meses de edad.

Hope, a quien le dieron ese nombre en un centro de rehabilitación, es un orangután de Sumatra, un animal en grave peligro de extinción que, los científicos advierten, podría ser la primera especie importante de grandes simios en desaparecer.

A medida que acaban con la selva y el pantano para poner plantaciones de aceite de palma, los orangutanes, cuyo nombre en malayo significa “gente del bosque”, están perdiendo el hábitat que les da su identidad.

En toda la isla de Sumatra, ubicada en Indonesia, los paisajes carbonizados de tocones de árboles ennegrecidos y tierra chamuscada atestiguan la devastación provocada por el hombre.

Han acabado con 20.000 hectáreas, solo quedan unos cuantos árboles y el orangután mira a su alrededor y dice: ‘¿Qué le pasó a mi bosque?’”, comentó Ian Singleton, director del Programa de Conservación del Orangután de Sumatra.

Dos países, Indonesia y Malasia, proporcionan al mundo más del 80 por ciento del aceite de palma que tiene múltiples usos, desde el biocombustible y el aceite para cocinar, hasta el lápiz labial y el chocolate. En septiembre pasado, en el marco de las inquietudes acerca de la reducción del hábitat para las especies en peligro de extinción y de las peligrosas emisiones de carbono derivadas de las quemas masivas para limpiar la tierra, Indonesia dejó de otorgar licencias nuevas para plantaciones de aceite de palma.

Sin embargo, como lo demuestra el drama de Hope, las disposiciones emitidas en oficinas gubernamentales con aire acondicionado pueden tener poca importancia en las aldeas pobres. La voracidad del mundo por el aceite de palma todavía es insaciable.

“Dicen que hay una suspensión, pero puedo ver con mis propios ojos que todos los días se pierde tierra”, comentó Krisna, uno de los coordinadores de la Human-Orangutan Conflict Response Unit (Unidad de Reacción al Conflicto entre el Hombre y los Orangutanes), un grupo con sede en Sumatra que ha rescatado a más de 170 orangutanes heridos desde 2012. (Al igual que muchos indonesios, Krisna utiliza un solo nombre).

Los orangutanes solo viven en dos islas del mundo. Además de los seres humanos, es la única especie de grandes simios que vive fuera de África.

Los investigadores de Current Biology, una revista científica, informaron que de 1999 a 2015, la población de orangutanes en la isla de Borneo se redujo en más de 100.000. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza, quedan alrededor de 100.000 orangutanes en Borneo. En Sumatra —donde se ha perdido más de la mitad de la superficie forestal desde 1985, de acuerdo con una coalición de grupos ambientalistas llamada Ojos sobre la Tierra— ahora existen menos de 14.000 orangutanes de Sumatra.

Quizá no parezca que esa cifra sea el presagio de una extinción. Pero debido a que las madres orangután dejan pasar tanto tiempo entre un nacimiento y otro —dedican de ocho a nueve años a criar un hijo— los científicos temen que la población vaya en una espiral de muerte.

Los orangutanes menos afortunados mueren en las quemas que hacen para limpiar la tierra. Los más afortunados son abandonados a su suerte en pequeñas islas de árboles que dejan entre las palmas de aceite. Desesperados por comida, vagabundean en áreas habitadas por seres humanos, saquean las cosechas y hacen que los aldeanos tomen medidas.

 

Por EL DEBATE 

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