El presidente de Rusia, Vladímir Putin, considera que los ataques estadounidenses en Siria son una “agresión contra un Estado soberano que infringe las normas del derecho internacional con un pretexto inventado”, según un comentario difundido por su servicio de prensa en la página de web del Kremlin. Rusia ha anunciado, por tanto, que “suspende” la validez del acuerdo con EE UU por el cual se evitaban incidentes aéreos y se garantizaba la seguridad de los vuelos en las operaciones en Siria, según informó el ministerio de Exteriores, que ha solicitado una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar la situación en Siria tras el ataque del Ejército de Donald Trump.
Moscú defiende que la acción unilateral estadounidense fue decidida antes de que ocurriera el ataque químico de Jan Sheijun, supuestamente perpetrado por las tropas de El Asad y en el que murieron 86 civiles, 30 de ellos menores de edad. El jefe de prensa del presidente, Dmitri Peskov, confirmó que el Kremlin había sido avisado del ataque de esta madrugada, pero no detalló con cuánta anticipación.
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La decisión oficial rusa a nivel verbal es “adecuada y sobria”, según el respetado experto militar, Alexéi Arbátov, de la academia de ciencias de Rusia. Arbátov advirtió, sin embargo, de que la cancelación del acuerdo bilateral de cooperación es “precipitada e inadecuada” porque pone en peligro la seguridad de los pilotos de diversos Estados que sobrevuelan la zona en la actualidad. Recién llegado de EE UU, Arbátov consideró que el bombardeo estadounidense era una “aventura” aislada con el fin de incrementar la popularidad del presidente Trump en el ámbito de la política interna.
Armas químicas
El Ejército sirio no dispone de depósitos de armas químicas, según el Kremlin, que afirma que la destrucción de todos los arsenales de armas químicas pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Siria fue “fijado y confirmado por la Organización de Prohibición de Armas Químicas” (OPAQ, por sus siglas en español). El presidente Putin opina que “la total ignorancia” de “casos de utilización de armas químicas por parte de los terroristas únicamente empeora gravemente la situación”.
Con este paso, “Washington causa un importante daño a las relaciones entre Washington y Moscú, que ya de por sí se encuentran en un lamentable estado”, señala el comentario presidencial. “Lo más importante es que este paso no nos acerca al objetivo final en la lucha contra el terrorismo internacional, sino al contrario, pues crea serios obstáculos para formar una coalición internacional de lucha contra el mismo y para oponerse de forma eficaz a este mal universal, que el presidente Donald Trump declaró como una de sus más importantes tareas durante la campaña preelectoral”. En los ataques a Siria por parte de EE UU, Putin ve un intento de distraer la atención de la comunidad internacional de las numerosas víctimas “entre la población pacífica de Irak”.
El jefe del comité de Exteriores del Consejo de la Federación (cámara alta del parlamento ruso), Konstantín Kosachev, expresó dudas sobre la posibilidad de continuar la colaboración con EE UU tras lo sucedido. El enfoque del Gobierno del país norteamericano, dijo, hace que la “deseada coalición ruso-estadounidense contra el terrorismo pueda morir sin haber nacido”. Según el senador, existen como mínimo tres versiones de la tragedia; una trágica casualidad, el uso consciente de las armas químicas por parte de los insurgentes y la responsabilidad de las autoridades sirias”. Esta última versión es “la menos lógica”, puntualizó Kosachev.
Sin querer “clarificar nada”, EE UU realizó una “demostración de fuerza” y se enfrentó militarmente a un país “que lucha contra el terrorismo internacional”, señala el comunicado del Ministerio de Exteriores ruso, según el cual no es la primera vez que Washington actúa de forma irreflexiva, con lo que agrava los problemas existentes en el mundo y “amenaza” la “seguridad mundial”. La presencia de militares estadounidenses y de otros países en Siria sin el acuerdo del Gobierno de este país o sin decisión del Consejo de Seguridad de la ONU “es una violación crasa e infundada del derecho internacional”, que, tras haberse justificado antes como lucha contra el terrorismo, se evidencia ahora como un “acto de agresión contra Siria como país soberano”. “Nunca estaremos de acuerdo en acciones ilegítimas contra las autoridades legales de Siria, que durante largo tiempo mantienen una lucha irreconciliable contra el terrorismo internacional”, aseveró el Ministerio de Exteriores ruso.
Washington, sobre la base de su acción armada, ha “tergiversado totalmente” lo sucedido en Jan Sheijun, ya que “no puede no comprender que las tropas gubernamentales sirias no utilizaron allí armas químicas”. Según Rusia, Damasco no tiene armas químicas, lo que ha sido “confirmado repetidas veces por especialistas cualificados”. A la producción de estas bombas, subraya el Ministerio ruso, puso fin una operación militar de la aviación militar siria, además la OPAQ ha inspeccionado prácticamente todas las instalaciones que tuvieron o pudieran tener relación con el programa químico militar de Siria. En Jan Sheijun, cerca de Idlib, los “terroristas se dedicaban a producir las sustancias tóxicas utilizadas como relleno en las bombas explosivas destinadas a ser empleadas en Siria e Irak.
Rusia acusa a EE UU de hacer ver que no comprende cosas “evidentes”, de haber “cerrado los ojos ante el uso de armas químicas por los terroristas en Irak, sobre lo que ha informado oficialmente Bagdad” y de “desentenderse de los documentos registrados sobre el uso de armas químicas por los terroristas en Alepo”. De este modo, sólo se puede reforzar el terrorismo internacional y “esperar nuevos ataques con el uso de medios de destrucción masiva”.
