Explicó que este padecimiento, comúnmente conocido como eccema, es una alteración de la piel que suele aparecer en bebés o niños pequeños y que puede prolongarse hasta la adolescencia o juventud causando resequedad, enrojecimiento, ardor, picazón, dolor y lesiones expuestas. Es una condición de tipo crónico y hereditario; es decir, si alguno de los padres presenta eccemas, asma, conjuntivitis o rinitis alérgica, es más probable que el niño tenga eccema durante su vida.
Esta enfermedad es muy frecuente y se considera entre las primeras razones de consulta en el área de dermatología y los grupos de edad que se atienden con mayor frecuencia son los lactantes y los niños escolares en sus primeros años; existen otras etapas en las que se mantiene en estabilidad y se vuelve a manifestar en la adolescencia.
Entre sus características se enumeran lesiones en la piel, manchas, enrojecimiento y disminución de coloración; existen algunos preparados calmar sus síntomas pero no resuelven el problema, es por eso que se tiene que acudir al especialista para ver qué tipo de piel tiene el paciente y otorgar el tratamiento más adecuado.
Apuntó que es causada por diversos factores, entre ellos los constitucionales corporales, hereditarios y ambientales. Los ambientales se desarrollan en la infancia o en la lactancia principalmente ante los cambios de temperatura no tan tolerables para los niños, en este momento se manifiesta la sintomatología, con mayor notoriedad en temporadas calurosas o invernales, en las cuales la piel de los niños se vuelve seca y con gran reacción a la vestimenta provocando comezón.
Señaló que el tratamiento ideal para controlar la dermatitis atópica es la educación, es decir; que los padres aprendan cómo se debe tratar la piel de un niño con estas características, que los brotes estén bajo control e intentar controlar la picazón y mantener la piel hidratada, qué tipo de ropa usar, la manera de bañarse, la temperatura del agua y ambiental para evitar la activación de la enfermedad y la presencia de lesiones, que incluso pueden llegar a infectarse y causar mucho dolor.
El especialista subrayó que en conjunto con estas recomendaciones se deben tener cuidados especiales, como utilizar una crema corporal adecuada, protector solar, tratar las lesiones con agua tibia y secar suavemente, bastante humectación; principalmente, evitar la automedicación, ya que en lugar de mejorar puede provocar alergias o más problemas en la piel.
