En el mundo se consume una cantidad impresionante de aceite para cocinar. Entre el 2015 y el 2016 la producción de aceite alcanzó los 179 millones de toneladas por metro. El aceite de palma es el mayormente producido con 64,02 millones de toneladas por metro seguido de cerca del aceite de soja con una producción de 53,15 millones de toneladas por metro.
Los científicos se encuentran constantemente investigando nuevas soluciones para evitar que este aceite termine en manos del medio ambiente. Ahora, puede que hayan encontrado la solución clave.
Un equipo científico logró transformar aceite de soja en grafeno, que es uno de los materiales más resistentes del universo, alrededor de 200 veces más duro que el acero.
El grafeno está compuesto por carbono puro y los átomos de carbono están organizados de un modo muy particular, siguen un patrón regular formando hexágonos entre ellos. Esta estructura es similar a la del grafito que también además parecería estar compuesto por capas de grafeno perfectamente superpuestas.
Además, el grafeno tiene la particularidad de ser 200 veces más fuerte que el acero, es sumamente ligero ya que tiene una densidad similar a la de la fibra de carbono, incluso es mucho más ligero que el aluminio, es flexible y en determinadas condiciones se puede transformar en un superconductor. Todo esto los hace sumamente interesantes para diversas aplicaciones industriales.
Un grafeno más económico y más amigable con el medio ambiente
Los científicos no solo encontraron un modo más económico de crear grafeno, también puede que haya encontrado la solución para reducir el impacto medioambiental que el uso exagerado de aceite de cocina está generando.
El grafeno es un material que tiene una amplia gama de aplicaciones, tanto en dispositivos electrónicos, en células fotoeléctricas lo cual incluso las haría más efectivas, e incluso en la medicina.
Todas estas aplicaciones se limitan porque el grafeno es complicado de obtener. Se debe crear en un condiciones de vacío, a calor intenso y con ingredientes purificado, lo cual implica grandes costos. Por esta razón la producción de grafeno nunca salió más allá del laboratorio y para ser incorporada a nivel industrial se necesita una reacción de síntesis más complicada y con menos requerimientos energéticos.
El grafeno, aplicaciones a nivel industrial
Pero en esta ocasión, los científicos lograron obtener grafeno a partir de aceite de soja en condiciones normales. Según explica uno de los investigadores, el proceso es rápido, simple, seguro y, lo más prometedor, podría incluso ser escalable.
La nueva técnica se denominó «tecnología GraphAir». La misma incluye un paso de calentamiento del aceite de soja durante 30 minutos, en esta instancia el aceite se descompone en estructuras de carbono. Estas estructuras comienzan rápidamente a ser enfriadas en una lámina de níquel, y luego se comienza a formar un rectángulo de grafeno de 1 nanómetro de grosor. La técnica total demora algunas horas.
Lo más prometedor de esta técnica es que permitiría reciclar el aceite desechado que de otro modo sería descartado en el medio ambiente. Si esta técnica puede ser escalada entonces, ni una gota más de aceite sería desperdiciada en los hogares.
Por ahora, solo se logró obtener un film de grafeno de 5 cm y 2 cm. Según los científicos el tamaño máximo que se podrá obtener es el tamaño de una tarjeta de crédito aproximadamente.
Sin embargo, para su aplicación comercial e industrial, sería necesario obtener una superficie de grafeno mucho más grande. ¡En un futuro veremos si esto es realmente posible!
