Las afectaciones por el alza del dólar se han visto en varios sectores y ahora le tocó al de las librerías. El dólar brincando de los 19 a los 20 pesos es una de las amenazas para los vendedores de libros, en un país en el que se leen tan sólo 3.8 libros al año, como reportó en febrero el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Tras casi 50 años de haber abierto su primera tienda en el sótano de un edificio en la avenida Juárez de la Ciudad de México, Librerías El Sótano busca seguir creciendo e impulsando la lectura en México, enfrentando una mayor competencia, volatilidad cambiaria y transición a libros electrónicos.
La directora general de la empresa, María Elena Ramírez, dijo que actualmente tienen 17 sucursales entre la Ciudad de México, Querétaro, Puebla, Jalisco y Guanajuato; y para el siguiente año estiman abrir dos nuevas unidades, aunque todo dependerá de las condiciones del mercado y del tipo de cambio.
Destacó que el alza del dólar respecto al peso afecta el negocio porque el libro en muchos casos es importado, dado que hay diversas editoriales cuya base se encuentra en España, aunque han buscado darle la vuelta a dicho aumento con la tarjeta de cliente frecuente.
“Seguimos con el deseo de seguir creciendo, pese a que el mercado no está tan boyante, no es fácil la venta de los libros, tenemos muchos competidores, tiendas de autoservicio, almacenes, por lo que es más difícil el mercado”, afirmó.
Competencia con los ebooks
Otro factor que afecta a las librerías es la competencia del libro físico con el libro electrónico. A pesar de que Librerías El Sotáno ya cuenta con un e-reader, y venta de libros electrónicos, su directora reconoció que es un mercado aún muy incipiente, ya que las editoriales no tienen todos los libros en ese formato.
De hecho, estimó que las ventas de las editoriales en México provenientes de los libros electrónicos no llegan al 10%; mientras que para Librerías El Sótano no representan más del 1.0% de sus ingresos.
La directiva expuso que también enfrenta desde hace unos años el tema del “precio único” de los libros, medida que generó una reducción en las ventas de 10%, así como el cierre de pequeñas librerías.
“El ‘precio único’ influyó a que vendamos menos, ha disminuido el número de ejemplares que se ofertan, en alrededor de un 10%, donde las editoriales también se las ven negras al no tener el éxito que esperaban, porque sacan muchas novedades y muchas se quedan en la bodega, teniendo que hacer ediciones más cortas”.
