En este Día de Muertos, feministas con diferentes expresiones de lucha han convocado a distintas manifestaciones en la capital del país. El objetivo común es exigir “Ni un feminicidio más”.
La primera de ellas se llevó a cabo en el Memorial de las Víctimas de México, en el Bosque de Chapultepec. Ahí activistas de la organización México en Alerta de Género colocaron una corona fúnebre para recordar a las miles de mujeres y niñas, “quienes han perdido la vida por un crimen de odio: el feminicidio”.
Antes de iniciar la breve caminata, de manera espontánea Samantha Hilario Villavicencio tomó la palabra y narró el caso de su prima Araceli Villavicencio Arroyo. Luego de separarse su ex esposo “él la acusó de loca” y le quitó la custodia de sus hijos. Por más de dos años y medio no pudo verlos, contó llorando.
En junio de este año Araceli desapareció en Guerrero y su cuerpo fue encontrado sin vida 20 días después. “La hallaron ahorcada, que según ella lo hizo”. Ninguna de las autoridades, entre ellas la Procuraduría General de la República (PGR), ha querido tomar el caso, señaló.
De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en México ocurren siete feminicidios al día. Sin embargo “los números están maquillados. No son todas las mujeres que se notifica a través de los medios oficiales. Más de la mitad de los que se conocen están invisibilizados”, aseveró, Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios.
Las agresiones contra las mujeres sucede de manera tan cotidiana en todo el país que, “si hiciéramos un análisis real, en todos los estados el gobierno federal tendría que declarar alerta de violencia de género”. No sólo en aquellos en los que las defensoras de derechos humanos han logrado que se establezca, afirmó en entrevista.
Asimismo, indicó que de nada sirve esa medida si no se aplica la ley. La impunidad que les otorgan las autoridades a los agresores han permitido que este fenómeno crezca, añadió.
“Mientras estamos aquí, muchas mujeres están siendo desaparecidas. Quizá a algunas las encontremos, pero sin vida”, y de la mayoría de ellas no se conocerá ni se contabilizará su caso, lamentó.
Las asistentes -entre quienes también hubo varones- recorrieron el Memorial, una especie de bosque de muros metálicos en los que están inscritos algunos nombres de desaparecidos o asesinados. También se leen en ellos frases de poetas o escritores sobre la violencia, la muerte y la paz. Una de ellas es “Para que triunfe el mal sólo es necesario que los buenos no hagan nada”, atribuida al irlandés Edmun Burke.
