- La que hasta el momento era la Alteza imperial ha subido al altar con el financiero Kei Moriya
La Princesa Ayako se ha dado este lunes el ‘sí, quiero’ con el financiero Kei Moriya en una ceremonia celebrada en el santuario Meiji Jingu de Tokio. Tras este enlace, Ayako dejará de ser princesa para convertirse en una ciudadana más.
Desde 1947 la Casa Imperial instauró que las mujeres nacidas como princesas pierden su estatus de alteza y las funciones de representación al casarse con un hombre que no tenga sangre de la realeza. Ayako ha sido la ultima mujer de la realeza que ha dejado la familia imperial. Es la tercera hija de la familia imperial Takamandoy su padre fue primo del emperador Akihito. Su madre, Hisako, es conocida por participar en actos como la candidatura para los Juegos Olímpicos de 2020.
Ayako se ha casado siguiendo la tradición, por lo que no ha vestido un traje blanco occidental sino un kimono vistoso. Mientras que su marido ha optado por el protocolario chaqué, que complementó con chistera y guantes, la ahora plebeya ha vestido una túnica uchiki y el hakama, unos pantalones con pliegues anchos que se atan a la cintura y caen a los tobillos.
Aunque la princesa se convierta en plebeya tras el enlace, el Gobierno japonés ha desvelado que Ayako recibirá una cantidad de 107 millones de yenes, que se equiparan a unos 900.000 euros, para que pueda seguir llevando el mismo estilo de vida que llevaba hasta ahora.
La princesa Ayako, de 28 años, y su marido, de 32, han tenido una boda de lo más tradicional. Fiel a las costumbres de su país, ella ha lucido un kimono vistoso pero su marido ha optado por el chaqué con chistera y guantes.
Por LA VANGUARDIA
