Los ochenta han vuelto, si es que alguna vez se fueron. Walkie talkies, casetes, pantalones hasta el ombligo, bicis… Todo en Hawkings, un pequeño pueblo de Indiana, y en 1983. Stranger Things tiene todos los ingredientes para ser la nueva serie de culto para los amantes de la ciencia ficción y el terror.
Los hermanos Duffer, los mismos que el año pasado atemorizaron al mundo con Hidden y que vienen el equipo de Wayward Pines, han creado, de la mano de Netflix, un universo paralelo en el que todos desearíamos estar. A las afueras de Hawkings, un pueblo donde el mayor reto para la policía es quitar un búho del moño de una señora, hay un laboratorio gubernamental de cuya actividad los vecinos no tienen ni idea. Una noche se fuga algo y a la vez desaparece el pequeño Will, un nerd en toda regla.
Stephen King se ha rendido a los pies de Stranger Things, el escritor dice que la serie ya forma parte de sus “hits”. “La serie es una compilación de mis mejores momentos como novelista”, escribió y lanzó en Twitter. Y no es extraño porque la iconografía de los capítulos está basada en sus novelas del siglo pasado y en la imaginería inspirada en las películas de Steven Spielberg que enamoraron a medio mundo.
La mayoría de los actores son desconocidos, excepto Winona Ryder, quien interpreta a la madre del chico desaparecido. La actriz se convirtió en el icono de la Generación X con la película Reality Bites, otro guiño a los nacidos en los ochenta. Ryder hace una brillante interpretación lejos del ideal femenino de belleza. Da vida a una madre desconsolada, trabajadora, que exhala su nerviosismo a golpe de pitillo y que, como cualquier mujer real, no tiene tiempo para peinarse ni preocuparse por su vestimenta.
Desapariciones
La serie comienza con la pandilla de amigos jugando a Dragones y Mazmorras, bromean con ruidos extraños y, como un sueño infantil, los sonidos imaginarios acabarán siendo su peor pesadilla. Cuando Will desaparece los hechizos del juego se convierten en palabras clave, descifrando -o intentándolo- la desaparición de su amigo.
¨A las afueras de Hawkings, un pueblo donde el mayor reto para la policía es quitar un búho del moño de una señora, hay un laboratorio gubernamental de cuya actividad los vecinos no tienen ni idea¨
La desaparición del chico provoca la llegada de una misteriosa niña, fruto de quien sabe qué experimentos gubernamentales secretos. La interpretación de Millie Bobby Brown da un halo de misterio alrededor de la serie, la niña llega a Hawkings a un mundo donde hablar por la radio ya es una odisea. Cuando Will desaparece el policía afirma que “las mañanas son para el café y la contemplación”. Una suerte de realismo americano parecido a las lejanas laderas llenas de Fargo, una América rural que podría ser cualquiera de nuestros pueblos.
La serie se describe a si misma como una carta de amor a los clásicos sobrenaturales. E.T., Encuentros en la tercera fase, Los Goonies, Pesadilla en Elm Street y Cuenta conmigo, basada en la novela El cuerpo de Stephen King, son algunas de las cintas en la que está inspirada la serie. Un revival de la época donde la ciencia ficción de verdad era la protagonista. Pese a la acumulación de tópicos Strangers Things es capaz de evitar el desastre al que podía haberse visto abocado. Los hermanos Duffer salvan la serie renovando los elementos técnicos. A la cámara, una Red Dragon, se le añadió una capa de granulado para darle un toque vintage.
Otro gran acierto de los Duffer es la elección de la banda sonora. Kyle Dixon y Michael Stein, del grupo Tecno-Pop SURVIVE, han compuesto más de 13 horas de música para ilustrar la serie. El soundtrack suena a imaginaciones espaciales infantiles pero con una toque de innovación de base tecno que combina a la perfección con el universo de Hawkings. Además de la creación de Dixon y Stein la serie cuenta con una buena compilación de temas ochenteros, desde Jefferson Airplane hasta Dolly Parton.
Los ocho capítulos de la serie son una secuencia imposibles de dejar. Probablemente habrá una segunda temporada, como una secuela directa de las peripecias de los cuatro amigos.